Crónica cortesía de Ángel

 

 

Como no podía ser de otra manera en ésta emblemática y pintoresca prueba, Zapatones estaría presente en gran número de corredores. Para mí personalmente es una prueba a la que tengo mucho cariño, ya que fue mi primera carrera por montaña o media montaña, y una de las primeras carreras que hice en mi primer año en éste mundo del running y ya llevo cuatro ediciones con ésta.

 

Como de costumbre quedamos en la Plaza de la Paz para salir todos juntos camino de la villa de Portezuelo. Llegamos, aparcamos y nos dirigimos a la plaza para recoger los dorsales y prepararnos para la carrera. Allí nos encontramos con otro zapatón, Antonio, que había ido a correr con la novia. Una vez dorsal en mano nos ponemos camino al pabellón para cambiarnos. Yo no iba en muy buenas condiciones físicas, ya que el miércoles de esa misma semana me había dado un golpe en las costillas que me molestaba bastante al hacer esfuerzos con el torso, aunque para correr no me molestaba mucho y con el vendaje me sujetaba bastante la zona.

 

Ya cambiados nos hacemos las típicas fotos y luego un poco de calentamiento de camino a la plaza durante unos minutos. El día está estupendo para correr, quizás un pelín de aire, pero que cuando comenzamos la prueba paró y no nos volvió a molestar.

Salimos y todos más o menos en grupo arrancamos desde la mitad del pelotón, aunque la mayoría nos vamos dejando caer un poco y yo bastante reservón porque no sabía cómo iba a responder con el golpe. A la salida de Portezuelo voy con Jose, Beni, Andrés y Josera más o menos juntos. Veo que no tengo molestias y que el ritmo es bastante cómodo, así que aumento un poco el ritmo y dejo atrás a los zapas. Al poco tiempo doy caza a Ana y un poco más adelante a María.

Vamos llegando a la zona de subida que nos llevará hasta el kilómetro 4,5 en continua subida. Justo al inicio de la subida llego a la altura de Antonio y su novia, llevan un buen ritmo, hoy la carrera es para ella, él la ayudará a terminar.

 

Me pongo detrás de un par de placentinos que me marcan un buen ritmo y con los que vamos adelantando a otros corredores, uno de ellos Norberto que iba a hacer la subida al Castillo larga. A unos cientos de metros de terminar la subida bajo el ritmo, los placentinos van demasiado rápido para mí, tanto que tuve que andar los últimos 30 metros de ascensión hasta el primer avituallamiento, donde cogí el bote de réflex, me levanté la camiseta y embadurné la venda y parte de las costillas para aliviarme un poco. Ahora el terreno era muy favorable casi hasta el pueblo de nuevo, con algunas rampas pero todo por una pista muy buena que da para zapatear a buen ritmo, y eso es lo que intento, pero está claro que cuando el terreno se vuelve favorable a mí me falta algo, porque me adelantan por todas partes.

 

Una vez el terreno se ha nivelado mantengo un buen ritmo e incluso vuelvo a pasar a esos corredores que me habían adelantado en la bajada. Voy marcándome como referencia al corredor que llevo delante, hasta llegar a él, respirar un poco e intentar ir a por el siguiente. Y así voy hasta que llego a un grupo de tres corredores donde unas veces uno se adelantaba, otras veces era otro y así sucesivamente hasta que giramos a la derecha para hacer un pequeño tramo nuevo que nos depararía una cuesta de cemento que desembocaba en el segundo avituallamiento. Aquí más de lo mismo, réflex “pal body” y a seguir corriendo, que ahora venía la parte que más me gustaba, donde se ve quién suele correr por montaña y quién es más de asfalto. Encaramos el tramo técnico previo a la ascensión, y veo algunos de los ciclistas que hacían la ruta que se bajan de la bici para hacerlo a pie, difícil zona para las dos ruedas. Al comienzo de la zona técnica tengo a unos cuantos corredores delante de mí, corredores que adelanto en seguida debido a su “excesivo” cuidado en esa zona, corredores de asfalto (y eso que yo no soy una eminencia en la montaña). Inicio el descenso, mejor que el año pasado donde tuve algún resbalón.

 

Una vez en la parte baja del monte encaro la entrada al pueblo y paso por debajo del puente de la carretera, donde se encuentra la bifurcación para ciclistas, subida larga y corta del castillo. Giro a la izquierda y voy paralelo a la carretera, hasta adentrarme entre las jaras que por una senda desembocarán en un camino que metros más adelante me dejan en la carretera que cruzo para empezar al subida al castillo. Intento poner un ritmo suave, para llegar lo más arriba posible, pero antes de la curva ya echo a andar y recuperar algo para el tramo final. Antes de mitad del recorrido veo al fotógrafo, al que le digo que espere a que eche a correr para sacarme “decente” jeje, y luego ya entre el público que había, corredores que animaban y conocidos, pues no paré hasta cruzar la meta.

 

Al final algo peor que el año pasado, con algunos metros de más este año el recorrido, pero contento por acabarla después del golpe de tres días antes.

 

Destacar también el error que tuvo una de las voluntarias en le tramo final, enviando a los cinco primeros corredores en dirección equivocada, teniendo que hacer casi dos kilómetros más cuando ya tenían asegurada cada uno su posición en la carrera y nuestro Zapatón Juanjo el primer puesto de la carrera, la primera carrera ganada por un zapatón se quedó en nada. Por eso ese homenaje a los "perdidos" con ésta foto en la que entran los cinco perjudicados juntos a meta.