Aquí tenemos las crónicas de la Media Maratón de Mérida, una es cortesía del gran literato de éste nuestro club, Andrés, y la otra del presi, Ángel.

 

Crónica cortesía de Andrés

 

Era una deuda pendiente: el año pasado me inscribí por la mañana y por la noche acabé en el hospital escayolado. Y había oído tan buenos comentarios sobre esta carrera que no podía faltar.

Y sigo con la costumbre de presionarme para dormir, así que hasta las 3h00 am, 4h30 m antes de levantarme, aún seguía pensando en dormir, y eso que esa tarde habíamos jugado y era previsible estar lo suficiente cansado para dormir.

7 zapatones vamos juntos, y es que a esta todos se apuntaron. Voy con Juanjo, Juanma y Beni, intento dormir, pero la conversación es animada y no para dar la cabezada.

Aunque llegamos con buen tiempo, al final andamos muy ajustados, y hasta 10 minutos antes no quedo libre para calentar. Una carrera multitudinaria, más de 1000 "atletas", que palabra tan graciosa, estamos allí. Será divertida.

Salvo Juanjo, que está muy por encima de nosotros, el resto formamos un grupillo en la salida, pero muy breve por que enseguida Luismi, Barrios y yo vamos por delante. La masificación de la carrera me permite seguir con ellos, pero soy muy consciente de que cuando se pueda dar una zancada más larga ellos marcharán, y no haré ningún esfuerzo por seguirlos, más cuando marcamos 5m30s en el primer km. En ese, ya empiezan a marcar distancia.

No voy a ir solo, con 1000 corredores siempre habrá alguien de referencia; en este caso tomo a otro cauriense que siempre anda un poquito por encima de mí, aunque ahora está un poco más bajo de forma, y me propongo marcarle como referencia.

Al pasar por el puente romano, noto un poco más el aire, y me hace dudar ni no habré exagerado con el pantalón corto. La mañana avanzará, el sol calentará, no lo creo, quizás puntualmente, como era en ese tramo.

Antes del km 3, Juanma me alcanza... charlamos brevemente, y pasamos en torno a los 16 min, claramente lleva un ritmo mejor que yo, así que le dejo marchar... mi referencia sigue por delante.

Me sorprende que Ángel no haya aparecido aún... ahora está muy fuerte y me extraña que esté reservando tanto. El recorrido es siguiendo la antigua nacional, que tantas veces recorrí cuando iba a Almendralejo, aunque muy mejorada en estos 20 años.

Los tiempos están siendo buenos para mí, entre 5m15s y 5m30s... y la liebre no me marca más distancia , aunque en algún momento parece incrementar la distancia que controlo rápidamente.

A la altura del Circo romano, permite cruzarte con los que te llevan una cierta ventaja... saludo a Norberto, veo a Olegario y al exprofesor de Juanpe; veo a un corredor que gesticula mucho la carrera, como me pasa a mí, me doy cuenta de que también parece de gran envergadura... será el motivo... pero ese entretenimiento me despista y la referencia se me empieza a escapar, aunque los tiempos no son malos.

Al doblar la carretera veo que Beni y Ángel vienen por detrás con más gente. La entrada al circo romano es fenomenal, está flanqueada por 2 guardias romanos, a lo largo del trazado hay más... un 10 para la ambientación de la carrera. Al salir, me llama la atención que los turistas están esperando a que termine de pasar la carrera para poder entrar a ver el monumento.

A partir de ahí, marco mi mejor tiempo de 4m55 subimos por calles que me resultan conocidas de antaño, cruzamos por el centro de la ciudad, la gente anima, la referencia la sigo teniendo delante a la misma distancia.

Llegamos a una especie de parque donde se sitúa el Acueducto de los Milagros. Da gusto correr por allí... llevo desde hace tiempo un corredor con perro, allí me adelanta. El trazado me permite ver nuevamente a Juanma, y a Ángel... a Beni ya no le he visto... no puede ser que vaya con tanto retraso, quizás se me haya pasado.

El trazado nos lleva por varias rotondas de la ciudad, y me empiezo a dar cuenta que la referencia cauriense que llevo está empezando a fallar: le estoy recortando... la verdad que me noto fuerte, así que decido abordarle. Me dice que va regular, y no me cuesta nada dejarle atrás.

Paseo y rotondas paralelas al río Guadiana configura el nuevo trazado. Me empiezo a notar mal del estómago, empiezo a tener dificultad en correr al notarme algo encogido,

Me tomo un concentrado de frutas que me ha dado Luismi a la salida, decía que se notaba... lo que se nota es la presión estomacal... lo tengo claro, así no llegaré.

Un corredor me anima, hablamos de lo que queda, 2 cuestas y la del 18... cuidado con ellas.

La primera es justo dónde hemos dejado los coches; intento aprovechar el descampado para elminar problemas, pero un anciano empuja una silla de ruedas y no puedo. Justo al terminar la cuesta, en el 14, aprovechando una furgoneta de grandes dimensiones de parapeto, lo consigo.

Mucho mejor a partir de ahí... en la siguiente cuesta recupero corredores que me habían superado en mi salida de emergencia. Mérida es una ciudad que alterna monumentos y edificios oficiales, con lo que curioseando se me hace bastante ameno.

Tras esta segunda cuesta, viene una bajada que conduce al puente romano nuevamente. Al pasarlo coincidimos nuevamente con los que van por delante... van lanzados... no sé la ventaja que nos lleva en ese punto: luego averiguo que son cerca de 4 km.

Parecemos salir de Mérida... en cualquier caso soy consciente de que debo reservar para la cuesta del 18... Y a partir de ese punto los tiempos empiezan a superar los 5m35 s. La cuesta se presenta como larga, pero con ciertos llanos, o falsos llanos. Es lo que hay, así que empiezo a subirla... veo que hay corredores que empiezan a pararse y eso me permite alcanzaros y adelantarlos.

En el km 18, miro el reloj... alguien me grita "venga, el tiempo no importa... ya estás aquí"... creo reconocer a un inspector de la Junta, aficionado a las carreras pero que hoy está de espectador, tal como me hábía avisado.

A partir de ahí el recorrido es fácil, aunque un corredor me advierte que quedan un par de repechos... creía llevar un buen ritmo, pero realmente el tiempo no lo parece.

Pasamos por el anfiteatro, espectacular, otra vez flanqueado por guardias romanos, más espectacular aún. Al salir, pasamos por la calle donde está el Museo Romano, hay mucha espectación. Aprovecho para deshacerme en una papelera de la esponja que llevaba en la mano, ante la felicitación de un aficionado por hacerlo así.

Insisto en que me encuentro cómodo, pero los tiempos son malos,... en torno a 6m30s... me gusta ese recorrido por las calles de Mérida, animado en algún caso por la canción de Carros de Fuego, procedente de una taberna.

Pasar por el templo de Diana y otro monumento que no conozco es impresionante... realmente impresionante... creo que mis tiempos malos también son un poco consecuencia de que ando de turista, mirando y mirando.

Volvemos a salir a la avenida paralela al Guadiana, y a esa altura, menos de 1 km a la meta, ya se me está haciendo muy larga la carrera, y también me noto un poco cansado... el último repecho lo tomo por la acera, detrás de una pareja de ancianos que me deja pasar.

La calle que parece conducir a la plaza, la meta, me muestra 2 corredores que están en clara decadencia... me propongo alcanzarlos, y a pesar de un perro que hace por ladrarme, lo consigo y los supero. Llego a la plaza y entro en meta.

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Crónica cortesía de Ángel

 

La tarde antes de la carrera, durante el partido en el banquillo Andrés me preguntó sobre la carrera del día siguiente. Yo le contesté que estaba muy tranquilo, que me encontraba como si no fuese a correr, relajado y sin ninguna presión por ello. La verdad que ha sido la carrera en la que más tranquilo he estado los días previos, no tenia ninguna presión, me daba igual bajar el tiempo del año pasado que no bajarlo.

 

Pero no todo fue bien. La noche antes me levanté a las 2 de la mañana al servicio, algo me debió de sentar mal en la cena porque lo solté todo en pocos minutos. A las 7,30 suena el despertador, pero mi estomago llevaba despierto ya un rato, y se volvió a repetir la escena de hacia unas horas, volví a vaciar lo poco que tenia dentro. Pense en llamar a Andrés para decirle que no iba, pero al final el estomago se asentó un poco y pude desayunar medianamente.

 

De camino a Mérida, con Barrios y Luismi en el coche, hablamos tranquilamente sobre... pues de todo un poco para liberar la presión de la carrera. Aunque yo empezaba a sentir de nuevo la presión en otra parte de mi cuerpo. Llegamos a Mérida, recogemos dorsales, nos cambiamos y nos dirigimos hacia la salida.

 

Comienzo la carrera como siempre, en la parte de atrás, tranquilamente, sin dejarme llevar por los ritmos que luego terminas pagando. Vamos Beni, Juanma y yo, hasta el primer km, donde Juanma se empieza a ir, no es un ritmo excesivo, pero tal como yo iba, no estaba para derrochar energía. Pasamos el primer km a 5:42, para ir bajando tiempos con el paso de los kilómetros y mantenernos por debajo de 5:30 desde el km 2.

 

Antes de llegar al circo, al doblar la carretera, me cruzo con Juanma, y más atrás con Andrés, no me lleva mucho, si sigo así quizás le recortaría distancia. A la entrada del circo me encuentro con Miguel, un corredor con el que hice la mitad de la media de Don Benito y entrando en meta juntos, con más sufrimiento que otra cosa. A la salida del circo, en el km 7, veo que Beni se ha quedado unos metros más atrás, lo espero pero no llega, y decido irme con un grupo de corredores conocidos de otras carreras, con los cuales vamos charlando a buen ritmo, pasando el km 7 en 5 minutos justos. Todo va bien hasta poco antes del km 10, ya pasado el acueducto de Los Milagros, cuando empiezo a sentir molestias de nuevo en el estómago, poco después de ver de nuevo a Andrés en un cruce, y pienso que podría llegar a cogerle. Decido llevar un ritmo más lento para evitar males mayores. No perdí mucho tiempo, pasando por el km 10 en 5:39, habiéndose marchado el grupito con el que iba, pero me enganché con una chica con un ritmo parecido al mio. Poco a poco me recuperé, y el km 11 y 12 los marqué en 5:18 los dos, y dando caza al grupo que me dejé escapar. Pero poco tiempo les aguanté, ya que al segundo paso por el puente, en el km 13, volví a aflojar, cayendo el ritmo a 6 minuto en ese km.

 

Pasada la subida del 13,5, volvía coger ritmo y bajé los tiempos a 5:30 el km hasta el 16. Hasta aquí me aguantaron las fuerzas, y acompañado por una chica desde el 14, fuimos hablando tranquilamente, marcando ritmos de 5:50 y manteniéndolo incluso en la subida del km 18, donde pensaba que iríamos más lentos, pero no fue así mantuvimos ese ritmo, adelantando a corredores y uniéndose alguno más a nosotros.

 

Desde aquí hasta el final era prácticamente bajada, pero el km 20 se fue por encima del 6:30, fruto también de la entrada por el anfiteatro, donde había que frenar y pasar de uno en uno por ciertas zonas, tiempo justificado. Paso el km 20 en el templo de Diana, ya en solitario y tras un grupo de 3 corredores, adelantando a uno de ellos en pocos metros, y a los otros dos a escasos 200m de meta.

 

Al final, el mismo tiempo que el año pasado (segundos arriba o abajo), pero con la sensación de haber podido hacer mucho más si no hubiera sido por esa inoportuna “indigestión” y malestar, aunque tampoco me importa, no iba con ninguna intención ésta vez a la carrera, no me propuse nada y simplemente salí a correr y disfrutar del gran ambiente que ese día se vivió en Mérida.