Crónica cortesía de Ángel

 

Revancha. Con esa idea es como afrontaba mi segunda media en Madrid. Y todo por un pinchazo en el costado a falta de tres km a meta que me hizo tener que andar unos minutos y parar. Pero éste año era otra historia.

 

En mente tenía como objetivo hacer un buen tiempo aquí, y así planifiqué mentalmente lo que serían los meses previos y las carreras previas. Pero a primeros de Febrero tuve el infortunio de lesionarme jugando a baloncesto, esguince. Estuve 17 días sin hacer nada, perdiéndome la media de Plasencia, que sería la primera del año y con la que iría probándome. También me perdí Guadalupe. Y finalmente pude aparecer en Mérida, con tan sólo semana y media de preparación. Posteriormente hice Transcanchos, y vi que probablemente estaba casi al 100% para retar a Madrid.

Pusimos rumbo a la capital el viernes por la tarde, Pablo y yo y las respectivas. A los otros tres Zapatones no los veríamos hasta el día de la carrera. Ese tarde fuimos a la casa de campo (no a lo que pensáis… eso otro lo hicimos por Fuencarral jajaja) a la feria del corredor a recoger los dorsales. Allí nos encontramos con Pablo Villalobos, quién amablemente se hizo una foto y charló gentilmente durante un ratillo con nosotros. Dimos una vuelta por la noche, tomamos algo con algún amigo e hicimos a eso de las 3 de la mañana una media previa a la carrera, pero andando. El sábado nos fuimos al centro, una vuelta, compré algo de lectura para estar entretenido hasta después del verano y por la tarde de vuelta al hotel a descansar.

 

Día de carrera, suena el despertador, que pereza. Me levanto, y ritual previo de todas las carreras. Bajamos a desayunar y nos vamos a coger el metro, pero llegamos justo cuando el vagón había cerrado las puertas, y ¿quién iba dentro? Pues no podía ser otro, el coor-secre!!! Sí señor, Beni. Llegamos al punto de reunión y allí estaba ya Andrés y Frasco desde hacía un rato. Gran suerte tuvimos que Frasco encontró sitio con el coche a unos 150m de la salida, por lo que pasamos de llevar las cosas al ropero y las dejamos allí en el coche. Nos preparamos para calentar y entramos en El Retiro para hacer algo de trote y estiramientos. A poco menos de cinco minutos nos colocamos como podemos en la salida, cerca de los globos de 1:40 y 1:45. La vista desde donde estamos hacia atrás es brutal, miles y miles de personas. Se dá la salida y tardamos poco en pasar por el arco de salida (3 minutos desde que se dio la salida), Frasco pone su velocidad crucero y va ganándonos metros. Andrés y yo vamos un poco por detrás de él y Beni y Pablo por detrás de nosotros. A la salida del Retiro, ya hemos perdido de vista a Frasco, al igual nos pasa por detrás con Beni y pablo. Los dos primeros kilómetros, aún con el mogollón de gente que hay, son decentes, entre 5:30 y 5:20. Poco a poco vamos encontrando ritmos más similares al nuestro y vamos bajando hasta 5:18. Casi en el km 4 empezamos la larga subida que nos llevará hasta Plaza Castilla, km 9. Y aquí bajamos un pelín el ritmo, 5:26, algo lógico por la subida, no conviene gastar ya que queda mucho por delante. Pasamos por el parque de bomberos, donde los camiones en la calle con las sirenas nos reciben mientras los bomberos alineados en la calle nos aplauden al pasar. Poco después del km 7 aumento un poco el ritmo, pienso que Andrés viene detrás de mi, pero al rato me giro y lo veo bastante retrasado, lo llamo con la mano pero intuyo por el gesto que me dice que continúe. A partir de ahí aumenté el ritmo y el crono empezó a pararse por debajo de los 5 minutos en cada km. Voy bien, iba pensando, quizás consiga llegar a 1:45 en meta. Al paso por el km 10 marqué 52 minutos, no estaba mal, son tres minutos menos que el año pasado.

 

Ahora comenzaba lo “divertido” de la carrera, los toboganes, grandes toboganes que nos harían sufrir hasta llegar a las inmediaciones de la meta. En éstos tramos apreté un poco bajando, aunque eso de bajar se me da fatal, prefiero las subidas que me pongo en plan diésel y a mi ritmo. Así pude mantener los tiempos en torno a 4:50. Al tomar el giro para dejar la calle Serrano me encuentro con María, Davinia y Mayte esperando a que pasemos para hacernos una foto… y menos mal que estaban tres mirando a ver si pasábamos, porque si no me llego a acercar yo y hacer el “gorila” con los brazos ni me ven, pero me suele pasar debido a que sólo mido 1,92 y paso desapercibido… Después de esa pequeña subida que me sacaba de Serrano el terreno era más favorable, muy propicio para alargar la zancada. Aquí ya me di cuenta de que no llegaría a 1:45, pero sigo con ese ritmo para cercarme lo máximo posible a ese tiempo. Al llegar a las inmediaciones del parque de El Retiro el ambiente era espectacular, cientos de personas en la calle animando, con pancartas y aplaudiendo. Me recordó a esas etapas ciclistas en las que la gente tapa la totalidad de la carretera y se va abriendo un hueco según van pasando los ciclistas. Esto era parecido, una avenida con tres carriles, pero del mogollón de gente que había sólo nos dejaban dos carriles transitables, zona muy animada y que te hacia apretar sin darte cuenta. Tanto es así que sin querer marqué 4:30 y 4:17 en esos dos kilómetros. Pero aquí llega el momento de la verdad, llega el giro en Atocha, esa subida que el año pasado me “mató” y que éste año no iba a poder conmigo. Comienzo a subirla bajando notablemente el ritmo, debido también a que aquí se estrecha en un solo carril la calle y hace que nos juntemos los corredores. Vamos avanzando a un ritmo constante, adelantado algunos corredores y siendo adelantado por los que van más frescos, pero eso es lo de menos, lo que cuenta es llegar arriba y poder mantener el ritmo constante. Llega el final de la subida, y aunque la calle pica aún hacia arriba (hasta la entrada del Retiro) aumento el ritmo. La mayoría de corredores sigue con un ritmo más bajo, por o que para evitar zigzaguear entre ellos para adelantarlos, me subo por la acera y avanzo más rápido.

Llego a la entrada del Retiro, enfilo el Paseo de Coches, donde está situada la meta, pero aún quedan unos cientos de metros, unos 500. Una chica que va a mi lado me pregunta si la meta es ese primer arco que se ve, y le digo que no, que aún nos quedan unos 500m para llegar, que la meta es el último arco, me lo agradece y se mantiene a mi lado unos metros, pero finalmente cede ya que intento apretar un poco para bajar el máximo de tiempo que puedo. Los últimos 100m son un sprint a lo Usain Bolt con otro corredor al cuál le gano por unos metros nos sonreímos al llegar a meta. Al final 1:47, a día de hoy mi mejor marca, pero seguro que no será la mejor el día de mañana.

 

Cumplí con mi objetivo de revancha, además hice mi m.m.p. y también cumplí con el otro objetivo que me había marcado, entrar entre los 8000 primeros, entrando en la posición 6127. ¿Marcamos objetivo para el año que viene?