Crónica cortesía de Ángel

 

Tercera edición de la prueba y tercera vez que la hago. Una prueba que con tan sólo tres ediciones, o más bien, con tan sólo las dos primeras ediciones, ha hecho que en ésta tercera se agotaran los dorsales en 21 horas!! Algo impresionante que dice que la prueba además de bien organizada, buen ambiente y paisaje inmejorable hace que el corredor sufra pero disfrutando de ese sufrimiento.

 

Como siempre arrancamos de la Plaza de la Paz a eso de las 8:15. En ésta ocasión sólo cuatro Zapatones. Por el camino vamos animados por la música del coche, cortesía de la hija de Barrios. Llegamos a Jerte y vamos a por los dorsales, aquí podría ponerle una pequeña pega a la organización, ya que se hizo eterna la espera en la cola y al final cogimos los dorales faltando menos de 15 minutos para el inicio de la prueba. Nos cambiamos, dejamos las cosas en el guardarropa y casi sin trotar apenas nos ponemos en la salida previo paso por el control de dorsales.

Se da la salida y damos una pequeña vuelta por las calles de Jerte antes de cruzar el puente para ponernos cuesta arriba. No se si empecé fuerte de inicio o fue por inercia, pero sin darme cuenta había dejado a los tres Zapatones atrás y me había colocado a la altura de un compañero de la escuela de idiomas de Plasencia, y fue cuando me di cuenta de que iba más rápido de la cuenta para mí. Afloje un poco y continué por las primeras rampas, unas trotando y otras andando, como la inmensa mayoría de corredores. Después de varias subidas enlazadas por tramos de pista llegamos a la calzada que nos lleva hasta los Pilones, donde al paso por el puente podemos ver lo bien que les ha sentado toda esa agua que ha caído días atrás. Aquí ya me había dado caza Barrios, (en el avituallamiento del km 5 ya íbamos juntos) con el que haría gran parte de la carrera. Continuamos por los senderos a un ritmo constante, andando o saltando cuando el terreno lo requería y corriendo cuando se podía. Y así llegamos al km 6,5, donde hasta el km 10 todo era subida, y subidas de andar con escasas posibilidades de trotar en algún tramo llegando en algunos casos casi a trepar!!. En el km 10 había un avituallamiento líquido y sólido, donde tomamos algo de aire para emprender la marcha de nuevo detrás de una pareja de “Abulenses”, que iban marcando un buen ritmo y los cuales nos hicieron de liebre toda la bajada técnica hasta el km 12,50. Subidas, bajadas, subidas, bajadas… así hasta el km 15 donde nos esperaba el tercer avituallamiento, punto donde acabó mi carrera junto a Barrios, ya que él no paró y siguió, aunque quiso esperarme pero le dije que tirase, que ya le alcanzaría… y así lo hice de camino a las duchas… Después de coger aire y beber algo continué detrás de los “Abulenses” haciendo la goma, ya que bajando soy malísimo y pierdo mucho tiempo, creo que voy con demasiada cautela. Y en una de esas bajadas la goma se rompió y me descolgué del grupo que habíamos formado de cinco corredores.

 

Desde aquí hasta el final fue todo un cúmulo de mala suerte. En el km 17 empiezo a notar esas molestias en la rodilla que me aparecieron por primera vez hace dos años en Los Artesanos allá por el km 24, y que sólo me aparecen en carreras de montaña. En éste caso por el sobreesfuerzo de las continuas subidas y las cargas en las bajadas. Me molesta sobre todo en las bajadas, cuando tengo que frenar todo el impacto y el peso recae en la rodilla, pero en las subidas ni una molestia. Llegados a éste punto las fuerzas están justas, y los tramos favorables, aunque corribles, tengo que haceros andando o con un trote muy suave, lo que me hace perder bastante tiempo. Y así fui desde el km 19 hasta la meta, km 22, trotando y andando y perdiendo algunas posiciones, aunque eso es lo de menos.

 

Al final un tiempo discreto, unos 6 minutos por encima de lo que pensaba que podría hacer, pero bastante contento por haberla terminado y haber disfrutado del paisaje, del entorno y del buen tiempo que nos acompañó durante toda la carrera.