Crónica cortesía de Ángel

 

Que pereza! Fue lo primero que se me vino por la cabeza cuando sonó el despertador a las 7 menos cuarto de la mañana. Uno hora después ya estaba en la Plaza de la Paz, lugar de salida de los Zapatones los días de carrera. Poco a poco nos vamos reuniendo allí, y finalmente, a eso de las ocho menos diez, salimos los cinco intrépidos caminos a Jarandilla de la Vera. Parece que será un viaje cuanto menos cauteloso debido a la espesa niebla que nos acompaña, pero por suerte sólo dura unos pocos kilómetros.

Llegamos a Jarandilla, ya con el sol fuera y con pinta de que va a ser un día agradable para correr. Nos dirigimos a recoger los dorsales y nos encontramos con sexto Zapatón que faltaba. Nos cambiamos y nos colocamos los dorsales, como novedad para nosotros, éste año la carrera es cronometrada mediante “chip”, el cuál lo colocamos en la zapatilla, aunque alguno tiene sus más y sus menos con el dichoso artilugio. Nos hacemos los seis unas cuantas fotos antes de la carrera, más que nada por que si la hacemos después de la carrera las caras dejarían mucho que desear!!.

 

Nos dirigimos a calentar al campo de fútbol, un par de vueltas trotando, unos estiramientos y otra vueltilla más. Ahora para la salida. Bastantes corredores, casi 500, y mucho público. Comienza la carrera, y como de costumbre me coloco detrás, con el compañero Beni, dejando que los demás se marchen más adelante. Hacemos los primeros km por el pueblo, con subidas y bajadas, y me noto bien, cosa que en los inicios de otras medias no me sucedía. Al salir del pueblo, veo que Beni se descuelga un poco, le miro y ya está un poco atrás, llevo buen ritmo y decido seguir hacia delante. No tardo en ver la camiseta de Andrés, y en una bajada le doy caza, va junto a Félix, otro incondicional del running. Vamos los tres juntos unos 3 km, y Andrés se marcha por delante unos metros con otro corredor. Yo sigo mi ritmo, para mi muy bueno, acompañado aún por Félix.

 

Llegamos al km 7, primer gran esfuerzo, una subida no muy dura pero que se hace dura debido al estado del camino por donde discurre, con muchas piedras de gran tamaño sueltas que hacia que correr se convirtiera en una carrera de “saltitos” para no caerse o pisar mal. Éste tramo lo hago andando y corriendo en las zonas que podía hacerlo, suavemente, sin mucho esfuerzo. Aquí ya voy solo, adelantando algunos corredores y siendo adelantado por otros. Llego al final de la subida, avituallamiento, agua y trocito de naranja y a seguir la carrera. Voy en compañía de otro corredor, llevamos un ritmo aceptable y un corredor unos 80 m por delante de nosotros de referencia. Estamos casi en la mitad de la carrera cuando de repente, la cuesta de hormigón. Intento subirla poco a poco, a mi ritmo, pero es imposible, desiste de ello en la segunda curva y echo a andar. Algunos la suben corriendo, pero van casi a la par que yo, con un ritmo más cansino. Termino la subida y me encamino a Guijo de Santa Bárbara por la carretera, un tramo que se hace interminable, con algunos toboganes y la subida final al pueblo. En éste tramo de carretera adelanto a ocho o nueve corredores, y sigo camino del km 16, donde se encuentra el último avituallamiento y el final de todo tramo ascendente. De ahí, km 16 a la meta, todo cuesta abajo.

 

Empiezo el descenso con dos corredores, a los cuales dejo atrás enseguida, y voy recogiendo más gente por el camino, hasta cinco corredores más. Por el km 19 veo a un corredor bastante lejos, pienso que es imposible alcanzarle, pero incremento el rito que llevaba (4:20 y 4:30 los km 18 y 19) para terminar dándole caza a menos 100 m de la meta, habiendo recorrido los dos últimos km en 3:43 el km 20 y en 3:13 el último km y 97 m, algo para mí impensable hasta ese momento.

 

Al final contento con la carrera, haciendo 5 minutos menos de lo que me había marcado en un principio, y con la sensación de haber podido hacer algo más en la primera parte de la carrera.