Pues otra carrera más, y otras crónicas más. Aquí teneis las crónicas, primero la de Andrés y seguida la de Ángel.

 

Crónica cortesía de Andrés

 

Llegaba la media que más disfrutas, y también en la que más sufres si el resultado no es lo bueno que deseas. Y es que eso es lo que tiene correr delante de la gente que te conoce, que te anima, que te mira y seguramente estará pensando que te conoce de algo, que le suena tu cara, y algunos que se sorprenden de verte en estos retos.

 

Y es que con esta Media, la preparación empieza antes, mucho antes. Es un objetivo que tienes en el calendario, casi la meta final después de una temporada de carreras, y haces lo posible por estar ahí.

 

Este año ha sido un año sin lesiones, quizás con molestias, pero sin haber tenido que parar. Me presento después de haber corrido 2 medias anteriores, pero con la sensación de que me he relajado en el último mes… entre unas cosas y otras, al final no he ido todos los días que tenía que haber ido.

En cualquier caso, la preparación arranca por lo menos 15 días antes, con una toma regular de las pastillas de la alergia, y es que recuerdo aún a algún corredor tumbado por efecto de esa cantidad bestial de polen que nos acompaña en estas fechas. El día antes salgo a pasear con la perra por el canal, hace un aire muy fuerte, y llego a casa con claros síntomas de alérgicos… el día de la media se espera viento, y me hace ponerme en alerta. Adelanto las tomas.

 

Un año anterior, después de un exceso en la romería (lunes antes de la prueba), pagué excesivamente ese día, con lo que desde entonces me cuido mucho de no abusar de la festividad. Otra medida más…

 

Unos días anteriores quiero hacer un tiento al recorrido de la media, pero las altas temperaturas me hacen renunciar a todo lo que tenía previsto, con unos claros síntomas de deshidratación,… los días anteriores a la media maratón, bebo con más frecuencia. Además de que me noté algo cargado un gemelo, con indicios de “explotar” en cualquier momento, con lo que también añado estiramientos a mi rutina diaria, así como ejercicios olvidados de espalda para que no me castigue durante la carrera.

 

También la dieta, metiéndome comidas con pasta… y es que los problemas estomacales me han acompañado casi en todas las medias caurienses. Quizás sea que los nervios te afectan más al estómago, y eso hace que preventivamente mi bolsillito de las calzonas porte un poquito de papel… la carrera es larga y las experiencias anteriores me lo aconsejan.

 

En definitiva es una carrera en que te pones alerta mucho antes, e intentas cuidar esos pequeños detalles que te pueden pasar factura. Aunque cada carrera es un mundo, cada recorrido es diferente, no todos los días sale el mismo sol, y al final no sabes por donde te puede venir el problema.

 

El día de la media llueve por la mañana… por lo menos la carga de polen disminuirá, pero el viento se mantiene… intento buscar la orientación y preveo que nos dará fuerte en el canal de El Rincón… se puede nos hacer largo ese tramo.

 

Los Zapatones, ese grupo que hemos formado, nos reunimos un rato antes en el pabellón… comparamos y hablamos de la equipación nueva, de sus fallos de impresión, de la sisa, de las tallas, y empezamos la rueda de fotos… difícil que siempre estemos todos. Pero por fín, ya con el calentamiento hecho, logramos estar todos, y Elena nos hace la foto.

 

El calentamiento no ha sido intenso, tanto que después de los habituales estiramientos, me noto frío, y es que el aire nos refrigera fácilmente. Menos atletas que otros años, y es que entre comuniones y Champions hacen polvo su participación.

Como siempre, charlas con los que conoces, los saludas,… este año hay una gran participación de caurienses, y es que creo que los que realmente somos atletas populares, atípicos, hacemos incrementar esa participación.

 

El chupinazo de salida suena, y empezamos a trotar… la gente a los lados anima, mucha gente conocida, pero especialmente aquellos que te conocen… hasta Carlos Corrillo ha dejado la barra para animar… hoy también he tenido que cuidar el número de cafés diarios.

 

Por primera vez en todos los años, tomo la acera de la farmacia, un pequeño atroche que me hace llevar el de delante. Luismi está a mi lado… Ángel B, Ángel M ya van por delante… Por detrás, Juanma, Merche y, como siempre, Beni.

 

Adelanto a varios corredores caurienses, pero al trote ligero (Ana Y, Jesús S,…), y empiezo a tener la impresión de que vamos muy deprisa… veo el km 1 y preveo que lo haré en menos de 5 m… dejo marchar a Luismi, que supongo que tendrá otros retos personales.

 

Tomo la referencia de Andrés David, otro atleta cauriense trotamundos de esto de las carreras… y pronto se me une Juanma… insisto en la sensación de salir demasiado deprisa y levanto un poco el pie… no puedo dejarme llevar por la topografía favorable ni por el público que te aplaude y te anima, como el hijo de Sito, “Vamos Andrés”… ni por corredores mejor preparados que yo…

 

Como correr en Coria no hay nada… mi amigo Fernando Jabato me anima… creo que no estaré en condiciones de asistir a la kedada en el Envido… En el km 2, la referencia es algo mayor, pero mantengo una media de 4m53… demasiado… recorremos Catedral, calles de la parte antigua, portona… y por ahí creo que me alcanza Merche… por detrás el grupo del equipo de Torrejoncillo, con Feliciano y Félix Hurtado, que me dice bromeando que estoy marcando un ritmo bestial…

 

Todos me pasan, y es que estoy controlando más que otros años… 4m54 al km 3. La avenida cuesta abajo te hace alargar la zancada… me pregunto sobre Beni…

Todas mis referencias me han tomado ventaja, pero no me preocupa… sé que a partir del camino del Rincón nos iremos colocando en nuestras posiciones, y luego a ver quien aguanta.

 

Efectivamente hay más corredores que me adelantan, pero a la vista sale su mejor preparación… En la Isleta Merche levanta el pie misteriosamente…la alcanzo y pregunto (a veces tengo la duda si me escucha con los cascos puestos)… “Flato bestial”… le digo que respire por la nariz, y que vaya más despacio… continuo, aunque un poco con el remordimiento de no haberme parado, paso por el primer avituallamiento, con Seve (que pena que no haya podido participar) y la hija de Barrios dando las botellas de agua. Km 4-5, 4m58.

 

Merche no tarda mucho en alcanzarme con un excelente ritmo muy superior al mío. Espero que no pague los sobreesfuerzos iniciales, al menos sobreesfuerzos para mí.

 

En el camino del Rincón las posiciones parecen más marcadas… ahora sólo toca continuar, tener referencias que no te hagan decaer el ritmo… mi antecesor es Andrés David… me extraña tenerle tan cerca, es un corredor que sale muy deprisa y normalmente empieza a decaer pero tras recorrer más kilómetros. No tengo problemas en alcanzarle, creo que me dice algo pero yo no suelo hablar mucho, tampoco en las carreras, guardo todo el aire para mis pulmones…

 

A esa altura empiezo a plantearme si he de apretar pensando en que en el canal el aire nos va a ser desfavorable, o debo reservar para cuando nos encontremos el aire de cara. No seré excesivamente conservador, marcarme un ritmo próximo a los 5m15, y luego si hay que sufrir, pues lo haremos.

 

Félix Hurtado es el siguiente antecesor o referencia… creo que Félix está bien preparado este año, ha estado con las carreras de montaña… así que le marco una distancia y veo que más o menos nuestro ritmo es bueno. Me conformo con mantenerme, pero logro alcanzarle antes del arroyo del camino del Rincón. Pocos metros es capaz de seguirme a mi lado, y le tomo una ventaja de unos 30 metros que mantendré durante mucho tiempo.

 

Antes del Rincón sigo viendo a Merche, con unos 150 m y creo adivinar la silueta de Ángel más adelante, unos 300 m… me resulta extraño verle, parece haber bajado el ritmo… según la progresión a esa altura, Merche le alcanzará. Creo que algo le vuelve a pasar.

 

Km 6-7, 5m14. Yo por delante tengo a un corredor de Tomate Running… Juanjo en el Rincón, vestido de domingo (como se decía antes) me anima, junto a Norberto.. “Vamos Andrés, tienes a Ángel al lado”… la verdad que esos ánimos de la gente que te conoce te hacen sonreir.

 

Tras cruzar la carretera en donde identifico a un jugador del equipo Chinato de baloncesto como Guardia Civil… “Vamos grandullón”…Caminamos hacia la Romería de El Rincón… en ese tramo adelanto al corredor de Tomate Running… la siguiente referencia es Merche, pero a Ángel le veo con muy buen ritmo, sobre todo subiendo la cuesta… no le pasa nada, o se ha recuperado.

 

La subida donde se ubica la romería levanta un poco de polvo, que claramente te indica de donde te va a dar el aire… lo hago con la cabeza agachada… tan solo la levanto al final y para chocar las manos sucias de polvo de los niños que te animan.

 

Km 10… he perdido algo de ritmo, quizás la subida, y el reservarse algo antes: 6m40, se me ha ido de las manos. No veo ningún avituallamiento, y mi pregunta es si me lo he saltado. Lo doy por hecho… vaya guarrada ahora hasta el 15 no volveré a beber, pero me veo fuerte para aguantarlo. Merche por delante, Tomate Running y F Hurtado por detrás… hago por intentar recortar y mantener la ventaja… Creo que durante todo el tramo del canal ni una cosa ni la otra… mantenemos las distancias y las posiciones. A veces parece que a Merche la recorto, cuando vuelvo a levantar la cabeza, parece que se me ha sacado más metros. En este tramo el viento nos da de cara, y los tiempos empeoran, más cuando las referencias de los entrenamientos las tengo tomadas: 5m21-5m41…

 

Alguien podría pensar que me importa estar por delante de aquel o aquella, ni mucho menos, estas pequeñas “batallas” es la mejor forma de mantenerte con unos ritmos estables, por supuesto acompañándolo del crono. En otras carreras con más participación, mi cabeza hace de “comecoco”, como aquel videojuego que va engulliendo bolas, en este caso corredores… cuando se puede.

 

Al final el avituallamiento está más adelantado… logro mi botella de agua ante las voces anticipadas de Chaparro.

 

El marido de Ana Y me saca una foto… tengo que pedirle las de Mérida y Cáceres… su cuñada también me anima al reconocerme como coriano… km 13, 5m30.

 

El camino de los chalets me permite marcar unos buenos tiempos (5m04 y 5m08), y ahí parece que me distancio de Félix… aunque Merche ya la he perdido de vista… claramente está inalcanzable para mí.

 

Butano me ofrece su cerveza,…“Cada año estás mejor” de Jesús de Caja Duero… jejejeje… siempre intento corresponder con una sonrisa a cualquiera que me anima, incluso a veces lo acompaño con el pulgar hacia arriba o un “gracias”…

 

El cambio al asfalto es durísimo, creo que este año se me ha hecho el más duro de todos… además las molestias del gemelo empiezan a sonar… que sea lo que tenga ser, hoy no voy a ser prudente… pero realmente parece que las piernas se me han venido abajo (km 16, 6m38)… alcanzo el punto del Acuarius en vaso… no logro beber así, y prácticamente tengo casi pararme… a lo mejor ni lo tenía que haber cogido.

 

Hace un rato que veo venir a un par de corredores en clara progresión, uno de ellos lo conozco de carrera como el Castillo de Portezuelo, me van a alcanzar seguro, pero hago lo posible por mantenerme y ponérselo difícil, y aguantar ritmo.

 

Enrique Durán, exagricultor de Moraleja parece sorprendido de verme ahí… no esperaba otra cosa más que un “pues anda que ya te sacan un buen trozo”… en fin…

 

Aguanto a duras penas hasta La Isleta sin que me adelanten, pero a esa altura mis ritmos son muy decrecientes (5m41) a pesar de que el recorrido no es malo. Más ánimos de gente que me conoce… y tomo aire para esa pequeña ascensión que te lleva al puente viejo…este año no parece tan dura…

 

Lo tengo claro, el puente y el inicio de El cubo lo haré andando… se gana lo mismo. Ante mí la Isla… el mazazo de esa recta y volver a subir lo aguanto… los corredores de Jaraíz que me han adelantado se marchan fácilmente, pero tengo otras referencias, allá en lo lejos… algún corredor que parece con problemas físicos… Cruzo a la altura de Seve que me vuelve a animar… le devuelvo una sonrisa y quizás le digo algo,… “Sí señor, Andrés, la sonrisa no hay que perderla nunca” me responde.

 

Este recorrido de ida y vuelta te permite ver quienes te superan en un 1 km… Francis Becerro me anima, va muy despacio este año, junto con Leli… Ángel M también va, “vamos presi”… y Merche “muy bien Merche”… y es que este año parece que no paro de animar y hablar. 5m54 y 5m34.

 

Al doblar yo la Isla me permite ver los corredores que van por detrás de mí… Félix H, Olegario (después de marcarse 110 km la semana pasada es normal que quiera ir de los últimos), y Jesús S, del que me alegra verle en un tono muy bueno… en clara progresión… con un choque de manos nos reconocemos nuestra mejoría respecto a la penuria del año pasado.

 

Desisto de mi intención de hacer el puente romano andando y lo hago corriendo o trotando, pero al cruzar la carretera, ante los ánimos de la Guardia Civil, subo andando con un “si total, aquí da igual correr que andar”… y la chica Guardia Civil se da la vuelta sonriéndome…

 

Al menos hasta la mitad de El Cubo lo hago andando… veo por detrás otro corredor que me va a dar alcance… lo dejo, no pienso castigarme en esta subida… pero una vez que uno dobla “la esquina” es muy difícil que sea capaz de terminar la subida andando, y lo hago corriendo… ya está… alcanzo a algún corredor… y a partir de ahí las posiciones se mantendrán (7m12), no veo a nadie para alcanzar y manteniéndome muy distante con el superado, será mi posición definitiva, salvo que el gemelo termine por estallar.

 

El rollo muy vacío hoy, apenas un par de mesas ocupadas; la mujer de Beni me anima, … y… hasta Rafa “melón” al reconocerme… la avenida se hace larga, pero los inicios son animados por algún cliente de El Corrillo, con el que saludo, y que hasta dice mi nombre, sin que nos conozcamos aparentemente… a continuación Luis “gallego” me saluda y me anima… “El año que viene te toca a ti”, le grito…

 

Ya no queda nada, y al entrar en la Avenida “del cuartel” veo la salida y la meta… no voy a decaer.. así que mi vista al frente, cada metro que corro me acerca a la meta… Voy a un lado para la pose de la foto de Andrea “corrillo”, y con mis padres y Elena también aplaudiendo… y mientras un “Andrés de Coria, del club Zapatones” que suena por megafonía y Ángel Barrios que se agarra a mí unos metros, él ya ha terminado, y empieza a correr conmigo, prácticamente, hasta que entro en meta.

 

Prueba superada, no mi mejor tiempo, pero tras el fracaso o hundimiento del año pasado, me encuentro satisfecho…

 

 

Crónica cortesía de Ángel

 

Este año tenía dudas sobre la carrera, más que nada por el calor que pudiera hacer ese día y por lo poco entrenado las dos semanas previas por el calor. Pero finalmente salió un día estupendo para correr, quizás algo ventoso, pero no tanto como el mes pasado en Cáceres.

Seríamos en ésta ocasión ocho zapatones los que corriésemos la quinta edición, pero se podría considerar que éramos nueve ya que Jose estaba encargado del tema de fisioterapia de después de carrera, y algunas de las piernas de los zapatones pasaron por sus manos.

 

En cuanto a lo personal, éste año me estaba saliendo todo muy bien, habiendo bajado mi marca personal prácticamente media tras media desde Mérida, pasando por Madrid y Cáceres. La espinita de éste año para mí quizás haya sido la carrera de Jerte, que me encontré sin fuerzas casi desde el inicio, lo cuál achaco a correr dos medias y la del Jerte en 20 días.

 

Llego al pabellón y empiezo a encontrarme con los compañeros y demás corredores habituales de otras carreras, hablamos un poco y en seguida nos cambiamos y nos hacemos unas fotillos de grupo con las nuevas camisetas. Luego cada uno hace un poco de calentamiento por su cuenta.

 

Nos dirigimos a la salida, y cierto que éste año se nota el menor número de corredores, pero los que estamos tenemos el nivel suficiente para suplir a los que faltan (vaya, que hay que animarse un poco a uno mismo jeje). Salimos dirección a la avenida, y pronto intento seguir la estrategia que tan bien me fue en Cáceres, busco a Barrios y me coloco a su lado. Por detrás viene todo el grupo de zapatones.

Hacemos el primer km más rápido que en Cáceres. Pasamos el segundo y tercero, los tres primeros km hemos ido a una media de 4:30, aquí, al igual que en Cáceres dejo a Barrios y cojo un ritmo algo más suave, uniéndome a Jose y el otro chico que han venido de Jerte. Al contrario que en la anterior media, no voy cómodo, me cuesta coger ritmo y no encuentro un ritmo que pueda seguir. En el puente llega hasta mi Luismi, pero no hago por seguirle, no puedo. En la Isleta me anima algún corredor que por motivo de comuniones no ha podido correr, y algún aficionado al baloncesto.

 

Paso el primer avituallamiento y sigo igual que hace unos metros. Intento seguir el ritmo de algún corredor que me adelanta, pero mi tiempo sigue cayendo. Me pasa Juanma poco después del km 5, me dice que he salido muy fuerte, pero no es eso, me noto bien, con fuerzas, pero no soy capaz de seguir un ritmo, es un quiero y no puedo. Poco después del km 6 me voy encontrando mejor, y al paso por el 7 mis tiempos ya rondan los 5m/km, y voy cómodo, vuelvo a rodar bien.

 

En el Rincón veo a Juanjo que me anima, seguro que le da envidia no poder estar metido en faena con nosotros hoy. Aunque me adelanta el grupo de atletas “pringones” me uno a una chica y vamos hasta casi el inicio de la subida a la romería del Rincón, donde previamente habíamos cogido algún corredor. Ella se queda y decido irme solo. A lo lejos veo un grupo de unos cuatro corredores, por las camisetas un par de ellos son de Ciudad Rodrigo. Decido recuperar un poco e intentar recortarles algo en el tramo del canal, un tramo que nunca se me ha dado bien especialmente. Al llegar al cruce con la carretera la diferencia con ellos se ha reducido mucho, y cada vez voy mejor. Aquí me anima Mamen, la hermana de Ana, y su hijo, el cuál tengo en la escuela deportiva de baloncesto.

 

Llego a la entrada del camino de los chalets, y tengo prácticamente al grupillo delante de mí. Llego hasta ellos y en tono irónico les digo “anda que me esperáis vosotros a mi…”. Ahora somos cinco en el grupillo, me pongo atrás del todo y tomo un gel que me dio Jose por la mañana en la recogida del dorsal. Llevamos un ritmo bastante majo e inconscientemente vamos tirando de dos en dos del grupo. Llega el avituallamiento en vaso, bebemos rápido y seguimos. Aquí uno del grupo se va en solitario para adelante y otro anda haciendo la “goma”, que finalmente rompe en el km 16. Ahora estamos los dos atletas de Ciudad Rodrigo y yo, y ya para lo que queda decido tirar del grupo, cogemos algún corredor más antes de llegar al túnel de la carreta. Miro hacia atrás en la entrada a la Isleta y veo que se quedan un poco, levanto el pie y los espero, y al verlo uno de ellos me dice “tira, que vas más fuerte”, pero le digo que no, ya que hemos ido tirando unos de otros, pues hasta que aguantemos los tres. Antes de salir de la Isleta cogemos al otro que se marchó del grupo en el avituallamiento, se queda atrás, no puede seguirnos.

Ya en la Isla mantenemos un ritmo constante, y al llegar al tramo de ida-vuelta, veo los corredores que van por delante mí. Veo a Leli y Francis juntos, girando para tomar el puente romano y el cubo. Cuando hago el giro en la fábrica, veo gratamente sorprendido que Merche viene a unos 400m, y le animo, va muy bien. Antes de girar al puente me cruzo con Andrés que parece que lleva un buen ritmo también. De Beni, ni rastro, Javi, Barrios, Luismi y Juanma, por delante.

 

Comenzamos el puente y uno de los dos corredores que venían conmigo se descuelga, y al inicio del cubo el otro también. Aquí me adelanta un corredor que había pasado después del avituallamiento. Decido seguirle, pero se me va unos metros. Antes de llegar a la catedral veo a Leli, aprieto hasta alcanzarle en la portona de las cuatro calles, y empiezo a tirar para cazar al corredor que me había adelantado. Al salir del Rollo veo a mis tías y mi primo que me animan, al igual que el compañero de baloncesto Guille. Leli no es capaz de seguirme, y llegando a San Ignacio estoy a punto de coger al que va delante de mí, lo adelanto justo al entrar en las traseras del Virgen de Argeme. Más adelante está Francis, lejos para ser mi siguiente objetivo, pero para lo que queda, voy a vaciarme, con la sorpresa de que a la altura del Hogar del Pensionista llego a su altura, y me dice “no serás capaz de adelantarme?” jaja. Le digo que vamos, que me siga, pero dice que no, que no puede, asique hago los últimos 80 metros a tope, vaciando todo lo que tenia.

 

Al final no pude bajar la marca, pero bastante contento, han sido 12 minutos menos que el año pasado, se va notando la progresión. Probablemente con algo más de constancia y entrenando más de dos días a la semana podría hacerse algo más. Ahora a descansar un poco y a pensar en próximos objetivos para después del verano (sin olvidar el Cross urbano de Coria y Torrejoncillo).